
A su corta edad, cuando devia hacer el cambio de niña ha adolescente. No solamente le arrancaron de las manos de la que habia sido como su madre, si no que también de su madre de sangre. Alejandola de su patria, de su vida, de sus amigos, y finalmente de su familia directa, dejandola con unos extraños a los cuales no conocia mas que de fotografias y de comentarios que habia echo una persona a la que debia llamar "padre"... El despecho de ese infante inocente crecio rapido por la forma de la cual le trataban, apredia cosas que aun no debia aprender... Su infancia se marchito, como las flores cuando las dejas olvidadas... Se olvidaron de este dejandolo solo con personas agenas, a las cuales no conocia, a las cuales no comprendia, y con las que no cogia afinidad...
Las disputas eran constantes entre esas frias paredes de mahón, aunque vigilara todas sus palabras era imposible volver a casa y no encontrar algun motivo por el que no discutir, la convivencia con esa persona, a la que habia querido como un padre, a la que le habia perdonado todo el dolor que antes le habia causado, le estaba destrozando, era como una flor a la que olvidas y dejas de regar, se va marchitando, pierde sus petalos, la chica se sentia igual, poco a poco se fueron perdiendo sus sonrisas... En sus ojos se reflejaba la amargura de la añoranza, la nostalgia, el duro día a día, sin embargo, decidio no tirar la toalla, mas de una vez estuvo a punto, pero siempre, siempre encontraba un motivo por el que luchar, y cuando ya no quedaba ninguno, pensaba en los momentos felices que habia pasado con sus hermanos, con su familia, con sus amigos, y por todos aquellos sacaba fuerzas de donde no las habia para seguir con esa rutina. De lo que si estaba segura, era de que eso iba a cambiar, ella no pensaba dejar que esa situación fuera monotona toda su vida. Tan solo era una etapa para la joven.
En las noches oscuras, se acurrucaba en la cama, y miraba por su ventana, en la cual habia visto caer muchas estrellas fugaces, le encantaban, y cada vez que veia una, pedia un deseo, el mismo siempre, era constante, deseaba que sus hermanos y sus familiares no la olvidaran, que recordaran que aun con todo el tiempo que pasaba, ella seguia estando allí, y siemrpe pensando en ellos, luego, se dormia, y soñaba con el reencuentro. Se removia entre las sabanas buscando un abrazo. Al día siguiente, volvia a despertar, aterrada, nunca sabia lo que le iba a esperar. Por las tardes, cuando no tenia mucho más que hacer que escuchar los gritos desde su habitación, cerraba la puerta de golpe, despues de aver intentado de todo para separar a sus padres, y se sentaba a llorar, cuando amainaba la tempesta, se sentaba recostada sobre la puerta y escribia miles de narraciones fantasticas, algunas, sobre temas que le gustaban, otras, sobre temas en los cuales no creia, como la democracia, otros, sobre su vida, sobre sus sentimientos, decidio narrar todo lo genial que pasara por su cabeza, muchos de los escritos no tenian el mas minimo sentido para nadie, pero para ella eran todo un mundo.
Solia pensar que el mundo estaba repleto de personas que intentaban parecer interesantes, haciendo de todo para llamar la atención de los demas, ¿a que se deberia esa manca de atención? No tenia ni idea, pero ella no queria ser como ellos, si ellos decian estar sanos, ella preferia estar loca, a veces estar loco es lo unico que te mantiene un poco sano. Sin embargo, en todos aquellos mundos que creaba en cada pagina, no sabia como expresar una de las emociones que sentia en su interior, que era como si hiciera que su corazón se rompiera en pedazos con cada grito, con cada golpe, con cada palabra... Cada vez mas indefenso... Los años pasaban, ella seguía en la misma compleja situación que antaño vivía. Creció, se hico una chica fuerte y bella, con una mirada cristalina, perseverante y inundada de recelo...
No había día, hora en que no recordara a aquella mujer que le estrechaba. Esa mujer que todas las noches cuando la arropaba le susurraba suavemente en el oído:- nunca pierdas la esperanza y sigue tus sueños-. Esas palabras resonaban en su mente cada noche, en cada momento de silencio.
Deseaba volar, correr y sentir su cuerpo atravesar una brisa de aire puro. Una tarde llego a su casa, y encontro a su " padre " bebido sobre el sofa, con el brazo colgando y sosteniendo la botella de alcohol en su gran mano. Se creo un silenció. La muchacha se dirigio a su habitación, ahora era el mejor momento, ya que el hombre permanecia casi exausto en el sofa, descansando todo su cuerpo, entro en la habitación y agarro algunos objetos de valor que poseia. Al pasar por el cuarto donde se encontraba el hombre, el cual no se había movido de su apalancado lugar.
- Donde vas ahora?- Sobresalta el hombre fatigado des de la butaca.
- Donde no tenga que volver a verte... Donde no tenga que saber nada mas de ti, en un lugar en el cual pueda dedicarme a olvidar este año y medio... O como minimo un lugar que me ayude a superarlo...
- No puedes irte ! - Responde el hombre frustrado por la ultima frase de su " hija "
- Quien me lo va a impedir ?
- Yo - El hombre intenta levantarse, costosamente, pero no lo logra
- Adios "padre"
Al fin y al cabo, aquel amargo hombre era el que le habia echo de padre, malo, pero era quien se habia ocupado des de ya tiempo atras. La muchacha sale a la calle, de pronto, su cara resplandece, y una sonrisa dedicada al viento se escapo de entre sus labios, ahora volvia a ser libre, tan solo deseaba no volver a vivir ese pasado, no deseaba que aquellas personas que le habian echo daño sufrieran, ni pagaran por lo echo, simplemente, suficiente tenian con ser como eran...
A dia de hoy, esta chica vive feliz, entre su vida y el recuerdo, pero se alegra que despues de aver vivido todo eso, al fin y al cabo le haya servido para mejorar, su persona es alguien distinta... Alguien... ¿ "mejor" ?