viernes, 22 de mayo de 2009

Muros de papel...


Dejó de mirar la vida como una vida... En vez de vida, empezó a ver la trayectoria del esbozo del sufrimiento, marcado en cada vena de su cuerpo. Dejo de ver letras en la pantalla... La vista empezó a tornarse borrosa, a esas horas de la noche no podía hacer nada que llamara la atención, nada que la ayudara a desahogarse, a quitarse un pesito de encima, o descargarlo un rato, su espalda magullada no dejaba de sangrar y se levanto de la silla con un salto, sus lágrimas quemaban la piel de su rostro al pasar, dejaban una marca desde sus ojos pasando por sus mejillas hasta llegar al final y caer derrochadas al suelo. Se quitó los adornos del pelo y los estampo en la cama con furia, con rabia, con ganas de romper algo, de canalizar sus problemas de cualquier manera, pero sobre todo... sin hacer ruido... Se despeinó, tirándose del pelo y arañando sus piernas con fuerza... Mareada se apoyo en su armario con una mano y poco a poco se fue arrodillando, se dejo atrapar por el suelo, que parecía llamarla, parecía decir: "estas hundida..." y empezó a llorar, intentando no sollozar con fuerza, no ser escuchada, que nadie supiera que la toalla estaba apunto de ser tirada al suelo, que las murallas que parecían ser sólidas y estables se deshacían en mares de lágrimas...

Los puños apretados contra el suelo, los ojos cerrados, los dientes presionados y la rabia moviéndose en sus adentros, la desesperación de no dejarla salir llegaba su limite, miro al cielo apretando los dientes, miro la libertad, y deseó morir en ese momento, hubiera rechazado la inmortalidad si le hubiesen ofrecido, hubiera rechazado otra vida de poder empezarla... Pidió su muerte rápida antes que una vida de lento sufrimiento... Ahogada por problemas que cada vez aumentaban, sin encontrar ninguna solución, sintiendo la impotencia, viendo el giro de espaldas que le había dado la vida... Ojalá por cada lágrima derrochada hubiera un minuto de felicidad compensativa, pero su felicidad era cada vez menor, y sus ganas de vivir se escondían entre las sombras de las noches grises, cuando ella se tumbaba a pensar, y pensaba cosas horribles.

Era como vivir en una muerte lenta, sintiendo que no encuentras tu recompensa, que las acciones buenas provocan pocos cambios, en cambio... las malas cuantas damnificaciones creaba, cuanto costaba construir un imperio, con paciencia, con fuerza, con insistencia, y que poco costaba desplomarlo, resistía una, dos, tres ventoleras, hasta cuatro, pero, había algunas ventiscas que no conseguía aguantar, algunas ventadas que hacían que se colaban a través de las piedras y penetraban en su interior. Creando fisuras, resquebrajando cada piedra y debilitando el interior de su persona... Coge mortero y tapa agujeros... Cuando son pequeños, pero... como cuesta colocar piedras allí donde han sido extraídas.

Lloró en el suelo, pataleando como una niña chica. Suelo mojado. Lágrimas de sangre corriendo por su cara tiñeron sus días con una actitud extraña, pasota y nerviosa, agotada abrió las palmas de sus manos y acarició el suelo frío... No encontraba su descanso...

Viviendo un infierno... llegó a ganarse el cielo

martes, 5 de mayo de 2009

Prefiero realidad...


Ves fantasmas, caballeros, monstruos, y demás fantasias en sus letras... Adormilada, mientras lees el libro, vas notando que se relaja tu cuerpo, como tus pestañas se van cerrando poco a poco... Luego dejas ese costoso trabajo, y piensas "quizás así me despeje un poco..." dejas de leer y terminas de relajarte...

En tus argentados sueños, sientes el olor de su piel desnuda, junto a tí, puedes verle, hay vida en tus sueños... puedes saborear, puedes oler, puedes verle, puedes sonreir, pero lo más importante, es que puedes sentirle... Puedes sentir muy cerca, sentir sus sucaves caricias, acariciar su pelo, sentir si respiración, y el latido sobre su pecho... Eres tan feliz así... Te preguntas porque tienes que despertar de tus sueños, y encontrarte con la realidad, con tu persona, con dificultades... Y no seguir soñando en momentos dulces, mientras observas su verdecina mirada y te planteas en cada momento, ¿Quién puede ser más feliz que yo contigo? Sientes que empezaste a vivir a su lado, que empezaste a soñar a su lado, que empezaste a pensar, nada es imposible cuando le conociste... Cuando de verdad sentiste que alguien daba algo más a tu vida... Te daba aliento...

Despues despiertas sin querer, y te enfadas, intentas escabullirte de tus problemas pero te sientes rodeada, ahogada... Y entonces piensas ¿porque no quedarme en el sueño? Porque las cosas fáciles no tienen valia...