martes, 23 de noviembre de 2010

Solo buscaba cariño y un lugar en que secar sus lágrimas...



Comenzó a andar por las calles más estrechas de la ciudad, alumbrada por la luz de la tarde, mientras el tiempo pasaba y el sol se escondia en el horizonte. Su mirada no buscaba camino, ni tampoco buscaba dinero. Su mirada buscaba comprensión, descanso, generosidad... 

Llegó cansada a una plaza solitaria, donde el granito de las paredes blancas yacía erosionado. Avanzó hasta ese y apoyó la palma de sus manos sobre esta, sintiendo la fríaldad de la estructura y escondiendo su cabeza lentamente mientras reprimía aquellas lágrimas que se contenían trás su brillante mirada. Después dejó que fuera su espalda la que se apoyara contra la pared antigua, y poco a poco fue resbalando con suavidad hasta que se apoyó en el suelo con la espalda recostada en la pared. 

Dobló sus rodillas y quedaron a la altura de los hombros por delante, acuclillada en aquel lugar, donde el viento y el frío de la tarde que pasaba no hacía más que provocarle escalofríos y de pronto, no se pude seguir conteniendo y lloró. Hundiendo su rostro entre sus manos, con la piel de gallina. Y sus alaridos llegaron al cielo y la lluvia se dejó caer en la plaza. Mas no importaba todo aquello, pues sin tener nadie cerca que la acojiera entre sus brazos y acariciara su cabello mientras buscaba el consuelo en el calor de un abrazo. No importaba el viento, ni la tormenta, ni la luz de los relampagos que creaban sombras extrañas y pecualires, si no tenía a quien decir... Gracias.

Derepente me siento pequeña y el mundo es grande, todo gira alrededor de nada y me pregunto... ¿Cómo se siente al ser diferente a mi? A veces estoy debil para seguir y otras me siento perdida. ¿Me abrazarias para que pudiera llorar...?

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Olvidados...



Anduve en el pais de los sueños rotos, crucé los siete mares desiertos y rebusqué en la cajita de cristal que se quebró hace tiempo, por donde escaparon mis sueños...

A veces los sueños más ocultos, los más olvidados... Escapan ante nuestros ojos sin ser percibidos...

martes, 16 de noviembre de 2010

El instante...



La joven avanzó con la mirada perdida, subiendo las escaleras de aquel edificio el cual conocía todas y cada una de sus paredes. Sus ojos no divagaban más allá de aquellos escalones que iba pasando uno a uno. Se sentía como un vaso colmado, del cual derramaba sangre desmesuradamente. Los problemas, los conflictos, los amores, los engaños, la familia, los estudios, el dinero.... Todo terminó por hacer que la joven se ahogara en su propio cuerpo, sintiendo como la asfixia aumentaba poco a poco y le faltaba el aire para respirar y las escaleras le producían un mareo terrible.

Uno a uno ascendía aquellos renglones, sus pasos eran lentos y parsimoniosos, cansados. La mano acariciaba con delicadeza la barandilla y quitaba el polvo con la yema de sus dedos frágiles y níveos. De la cara de la joven no se podía deducir ningun sentimiento, tan sólo perdición, locura y harmonía. Sus labios pegados y ni una palabra, sellados por aquel último grito que quedó atrás en el tiempo.

Las últimas escaleras apenas costaron ya, el esfuerzo había terminado. Ahora dio tres pasos hacia el lado izquierdo y empujó una puerta con las manos. Cuando se abrió, una brisa de aire meció los cabellos castaños de la joven, y sus ojos almendrados parecieron perder el rumbo en el horizonte. Anduvo hasta el pequeño muro que separaba el suelo de la azotea con el vacio que culminaba en el asfalto de la calle. No le costó asomarse por él y esbozar una sádica sonrisa carente de emoción.

El brillo de sus ojos desapareció donde comenzó la tristeza y la joven se concedió un ahustero y último deseo. Tomó de su bolsillo un cigarrillo, lo prendió y se lo fumo sentada sobre aquel muro, sus pies colgaban mientras ella daba una y otra calada a aquel cigarro que le sabía a muerte. Exhaló el humo del pitillo y lo dejó caer abajo, observando entre sus pies la caída de su tabaco y olvidando las lágrimas ya derramadas avanzó un poco más hacia delante, empujandose levemente con los pies hasta que quedó sentada justo en la punta de aquel muro.

Pronto cerró los ojos y dejó que el viento golpeara su rostro una vez más, acariciando sus labios y echandole la cabellera atrás. Después, en un mísero instante...

La joven se avalanzó al vacio, devorando el espacio que separaba el tejado de aquel edificio hasta el asfaltado suelo de la calle. Su sonrisa desapareció pero ni el más mínimo alarido brotó de su gargante mientras caía...


Los intantes previos fueron una agonia, pero la muerte fue misteriosamente indolora...

lunes, 1 de noviembre de 2010

Mis ojos piden verdad.


Una mirada me bastó para parar el tiempo. Entonces miré con mis ojos, abriendolos de par a par. Los parpados desaparecieron de encima de mis pupilas y pude apreciar toda la verdad. Y la realidad no era la que yo pensaba, la realidad no era tan gris por mi culpa, la realidad distinta a lo que yo creía, y la realidad era que tú, eras otra persona.

Ahora mi corazón ya no se haya hechizado, preso de aquel beso, sigue latiendo por ti, pero ahora ya no se dedica a justificar todos y cada uno de tus actos. Ya no puedo seguir camuflando tanto daño, a veces el dolor tan incesante que me hacía llorar horas y horas. ¡No! Sequé mis ojos, y ahora te vez limpios tras tantas lágrimas, y ven que debes cambiar, hacer unos pasos atrás para volver a ser tú, y para que yo pueda volver a verte con los ojos abiertos, para que pueda mirarte sin dañarme las pupilas, para que mi corazón ya no se prepare para aceptar tus excusas, y pueda vivir solamente para escuchar tus palabras sinceras.

Te miro y no te veo, te veo cuando no te miro. Cerrando los ojos y buscando en mi mente, imagenes de aquellos momentos que gravé a fuego. Quiero buscarte y encontrarte de nuevo, quiero remover aquello que había en ti que hacía que cada segundo fuera memorable y alegre. Quiero recobrar todas nuestras sonrisas y quiero padecer otra vez aquella adicción tan pura que se llama amar.

Vuelvo a ser la misma de entonces, mi mirada es crítica como antes y puedo apreciar cada uno de tus fallos, sabiendo plenamente que son tuyos y no míos. No, no me cambies de tema y olvides mis palabras, no quiero que me digas que no volverá a pasar, no quiero que me cuentes patrañas sobre el agovio. Quiero que me mires a los ojos y ellos sean los que me certifiquen tus alabras. Quiero que cada dia cuando te levantes, pienses en que no debiste hacer aquello o lo otro, que cada dia que me veas desees como yo hacerme feliz.

Mis ojos quieren sonreir de nuevo, y no basta con engañarles una vez más. Es fácil mentir a la mirada de una persona enamorada, pero no es tan fácil que engañes a alguien que ya esta alerta, con los ojos abiertos y decidida a no caer de nuevo, a no sufrir otro largo tiempo a la espera del momento en que se debe producir un cambio, y que después de todo, aquel cambio sólo dure unas semanas antes de volverte a hundir en el barro. No...

¿Para que...?



Grita, quéjate, enfádate y sigue gritando. Nadie te escucha, sabes que por muchas cosas injustas que encuentres, jamás lo harán. ¿Dónde quedó el significado de la palabra humanidad? ¿Dónde escondieron a Justicia? Igualdad ya sabes que se perdió en un manto de difusas palabras, de hechos que tratan de esconder el verdadero significado de la igualdad. Pues si la igualdad fuese nacer todos con los mismos derechos, ni un idioma, ni un estado, ni un pais, debería poder tener sus propias leyes. Pues la universalidad de un idioma o de una ley, debería ser la igualdad. ¿Acaso es distinto alguien que nace en otro lugar? ¿No tiene piernas, brazos, y cerebro como tú? Entonces miráte y pregunta porque todos no tenemos los mismos derechos y deberes, las mismas libertades y restricciones...

Y si la justicia tiene una balanza, hace tiempo que perdimos el significado del peso. Justicia no actua con eficacia y por ello el mundo se hunde en la mugre. Si justicia permite que asesinos anden por la calle y pederastas escapen de sus rejas, Justicia murió hace tiempo. Entonces la humanidad muere a cada instante cuando poco a poco a se pierde la igualdad, la libertad, la justicia...

Ahora, la eséncia del ser humano se basa en la hipocresía, en el egoismo, en la maldad... Y a las personas que buscan Justicia se las olvida. Ya no hay quien luche por ellos, por los necesitados. Ya no hay quien sienta empatía por los demás. Ahora se lleva mirarse el ombligo y pensar en si mismo. Si la gente pusiera el mismo empeño en ayudar que pone para llenarse los bolsillos, el mundo hace tiempo que iría mejor.

Pero... ¿Para que quejarse si a las personas que lo hacen las acallan? ¿Para que tratar de contagiar a los demás con pensamientos como estos si hacen siempre oidos sordos a todo lo que no les interesa?¿para que...?