
Su nombre de lo decía todo... Nombre de origen griego, de origen marino.
Su personalidad era extraña para muchos, fuerte para otros, desastrosa para muchos, orginal para cualquiera. Pero sobretodo, era como el mar...
Ella pensaba que era su pasado, ese que a veces la hacía sentir tan estupida, a veces se hundía en sus recuerdos de forma consciente, otras veces, ni si quiera se daba cuenta de ello. Pero siempre que lo hacía, acabava sintiendose mal, la dejadez se apoderaba de su cuerpo y no le importaba demasiado su alrrededor, ni si quiera si misma.
Otras veces, cambiava, y su pasado era como si jamás hubiera existido, la inocencia renacía en su interior y sonreía como una niña. La luz de sus ojos en aquellos momentos de felicidad radiaba fuerte, y se podía leer de todo en ellos, pero aquella luz, aquel brillo que se le concedió, tan magico, vencía a cualquiera.
Cuando el dolor volvía por las noches, y la abrumaba de mala manera, aquel brillo desaparecía levemente, como si se apagara su vida, sentía que se fundía con sus lágrimas y no encontraba la comodidad de ninguna manera, era casi imposible desacerse de sus recuerdos, pero finalmente defallían sus fuerzas y el sueño se apoderaba de su mente, alibiando aquel malestar.
Era algo casi inebitable, pero no del todo. Su fuerte y su vivez la hacían seguir adelante y con la ayuda de aquellas personas que la querían y se lo hacían saber, era capaz, día a día, de sentirse feliz incluso con su pasado en mente, de todos modos, aún iban a pasar unos años hasta que lograra convivir con ello sin problema alguno.
A veces le parecía mentira que unos hechos pudieran llegar a ser tan problematicos en la vida de alguien, por fuertes que fueran aquellos...
Sus días, se regían por sus recuerdos, como la luna y sus mareas.
Y así era como se sentía, como el mar... con una vida llena de olas...
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