lunes, 25 de octubre de 2010

Mientes...


Miraste atrás y buscaste el camino. ¿Dónde comenzo todo? Buscaste el inicio de aquella senda perdida entre telas de araña, mirando de encontrar detrás de todas aquellas invenciones, el origen...

Andás atrás y encuentras miles de caminos, miles de sendas de estructura vertiginosa que giran en una espiral terrorifica, no sabes cual coger, no sabes hacia donde dirigir tus pasos, no ves más allá de una oscuridad extraña que eres incapaz de reconocer y cuando de pronto te adentras en una, recuerdas aquellas invenciones surgidas de la más maléfica de tus imaginaciones y te preguntas... ¿Con que fin? ¿De que me sirve? ¡De nada!

Se tradujo la sentencia, ¿De que sirven las mentiras? No hacen más que ensuciar la vida de las personas... Ahora mira atrás y preguntate de que te sirvió, busca en aquellas sendas perdidas pues tu memoria es incapaz de almacenar tantísima invención. Y ahora piensa ¿Donde olvidaste la razón? Pues la costumbre se hizo una mentira para ti, te era tan fácil, tan común, tan diario... Era algo que jamás te preocupó. ¿Y ahora qué? ¿Qué es lo que te queda? Una vida que se pierde en tus sucios embustes y que te hace sentir vacia.

Sola, tú... Tú y tus mentiras. Mira atrás y busca respuestas, no encontrarás ninguna, todas las respuestas estaban en tu imaginación, y explicale a tu alrededor que tú no eres tú, que tú no eres más que un reflejo de lo que querías mostrar que eras. Que tu vida es algo tan patético que ni si quiera es vida, es sólo un bulo enmarañado en el que no distinguis mentira de verdad, engaño de certeza...

Dejaste tu vida para convertir mentira en habitual, ahora buscas tu vida, aquella que se perdió en el tiempo...

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